Parecía difícil volver a la crisis inmobiliaria que se sufrió en España entre los años 2008 y 2014. Muchos dijeron que tomaban buena nota sobre los factores que la provocaron, entre ellos, el aumento del crédito al sector privado y, también, del precio de la vivienda.
Pues bien, no han pasado más de cuatro años y, como he expresado en el título de este post, hemos vuelto a tropezar con la misma piedra.
Las notas que tomamos en su momento debieran haberse grabado a fuego en nuestras mentes y en nuestros comportamientos. Lamentablemente no ha sido así. Hoy, más de una Entidad, vuelve a ofrecernos el cien por cien de financiación para comprar la vivienda de nuestros sueños. Juegan con nuestras emociones e ilusiones pero, por encima de todo, con el deseo de alcanzarlos de manera fácil y sin esfuerzo por nuestra parte.
Lo saben y cuando te haces preguntas de este tipo:
- ¿Tienes ahorrado el 20% del valor de la vivienda que deseas adquirir?
- ¿Dispones del 14% de los gastos inherentes a dicha compra?
Si la respuesta es que NO, ni te preocupes. Para eso están determinadas entidades de crédito que, con un módico precio, harán de todo para que lo consigas sin esfuerzo, que es lo que más te gusta … ¡Son tu ángel de la guarda y no lo sabías! Vive la vida, no pienses en ahorrar, que cuando busques financiación ellos estarán ahí para sacarte las castañas del fuego. ¡A que mola! Y, claro, ya sabemos que es más caro, pero … ¿Lo que hemos disfrutado, qué? Bien merece la pena pagar un poco o un mucho más, …¡Qué nos quiten lo “bailao”!
Hay que ver lo extrañas que son otras personas que hacen sus números, sacrifican a diario la posibilidad de conseguir de manera inmediata lo que desean y no se dejan engatusar por lo que esta sociedad desea venderles a cada momento para que no parezcan los raros. ¿Acaso quieren ser los más ricos del cementerio?
Lo quiero dejar aquí, para tu reflexión, para que entres en debate contigo mismo. Ah, por cierto, que conste que no soy ni un defensor ni un detractor de las hipotecas. Las personas debemos ser responsables de nuestras decisiones. Si me admites dos consejitos, aquí te los dejo:
- Si eres partidario de alquilar, haz los números de lo que supondría pedir una hipoteca a un plazo y con unas condiciones adecuadas a tu perfil. Todo lo que exceda de la cuota mensual de tu alquiler, ahórralo, eso sí, con una estrategia financiera que le dé sentido para que, al final, puedas afirmar que has vivido donde has querido y, además, tienes una bolsa de dinero para comprar la vivienda donde has vivido.
- Si eres partidario de hipotecarte, busca las mejores condiciones para amortizarla en el menor tiempo posible y, una vez cancelada la deuda, sigue haciendo trabajar ese dinero pero, en esta ocasión, para ti.
Espero que ambas cuestiones te hayan hecho aparecer una pregunta: ¿Cómo lo hago? Para eso estoy yo, para ser tu ángel de la guarda de verdad y para que consigas los objetivos que tengan sentido para ti, sean alquilando o pagando una hipoteca.