En 1943 Abraham Maslow escribe su libro “Una teoría sobre la motivación humana“. Era un año en el que los acontecimientos más importantes fueron:
- Finaliza la batalla de Guadalcanal, con victoria de los estadounidenses sobre los japoneses.
- En la batalla de Stalingrado los nazis se rinden.
- Mahatma Gandhi inicia una huelga de hambre para protestar contra su detención.
- Eisenhower toma el mando de los ejércitos aliados en el norte de África.
- En España se recuerda la prohibición de celebrar las fiestas de carnaval.
- Hitler y Mussolini se reúnen en el palacio de Klessheim
- Comienza la sublevación judía.
- La fuerza aérea británica bombardea las presas alemanas en el Ruhr.
- Juan Domingo Perón es puesto al frente del Departamento Nacional del Trabajo, mediante golpe de Estado.
- En el marco de la II Guerra Mundial, comienza la batalla de Kursk en la Unión Soviética, la mayor batalla de tanques de la historia.
- Mussolini forma el primer Gobierno de la República social italiana.
En ese año, 1943, nacieron personajes como “Joselito”, George Harrison, José Manuel Urtain, Narcís Serra, Mick Jagger, Julio Iglesias o Joan Manuel Serrat. También es cuando fallece, por ejemplo, Edsel Bryan Ford, hijo de Henry Ford.
Recordad que, hasta el año 1945, duró la II Guerra Mundial. Quiero poner en contexto la fecha en la que ve la luz esta obra de Maslow. No fue casualidad la clasificación que hizo de las necesidades humanas:
- Fisiológicas y básicas, con tendencia a la supervivencia.
- Seguridad y protección.
- Sociales, siendo parte fundamental la amistad, la inclusión y la aceptación social.
- Autoestima.
- Autorrealización.
¿Por qué, entonces, las personas piensan en el cuarto nivel, en su propia autoestima mal entendida, más bien en agradar a los demás, en aparentar lo que la Sociedad pretende de ellos, antes de tener bien cubiertos el 1er. y 2o. nivel? A menudo me encuentro, cuando les indico a mis clientes potenciales y actuales, que me describan sus objetivos de vida, me hablan de: coches, casas, vacaciones, ropa … ¿Es eso lo que toca? ¿Qué ocurre si vamos a la búsqueda de esos objetivos y no pensamos en dar cobertura a nuestras necesidades básicas y de seguridad?
Buscando una relación financiera con la pirámide de Maslow, se podría afirmar:
- Es prioritario conseguir lo que coloquialmente se denomina …”llegar a final de mes“. Es decir, conseguir unos ingresos que nos cubran esas necesidades primarias o, por qué no, recortar los gastos hasta que los ingresos que generamos sean los suficientes. A eso se le llama no vivir por encima de tus posibilidades.
- El segundo nivel, la seguridad y protección, se consigue con un fondo de emergencia, con los seguros y con ahorro para la jubilación.
Y aquí me detengo. ¿Tiene sentido entonces rivalizar por el lugar de disfrute de las vacaciones, el modelo de coche o moto que llevamos, si comemos en casa o en un restaurante de lujo? Bajo mi punto de vista en ningún caso, independientemente de los “posibles” que uno tenga, pero mucho menos aún en el caso de no tener dotado el denominado Fondo de Emergencia.
Mi definición de Fondo de Emergencia es aquella cantidad de dinero que una persona necesita para mantener su nivel de vida durante un determinado período de tiempo (entre un mínimo de tres y un máximo de dieciocho meses). Tiene que otorgarle la seguridad y protección necesarias para que, en el caso de, por ejemplo, quedarse sin trabajo, le permita vivir sin renunciar a sus necesidades básicas. Cada cual debe tener cubierto el horizonte temporal que más se adecue a su propia tranquilidad. Algunos, con tres meses, creerán que es suficiente; otros, considerarán que debe ser el máximo, dieciocho meses.
Alguna página web como Finanzas para todos, indica que se puede alternar la creación del fondo de emergencia con invertir en base a otros objetivos. Yo no estoy de acuerdo. Mi consejo es que se ahorre hasta conseguir la cantidad necesaria que debe contener este colchón de seguridad . Hasta que no se dé debido cumplimiento a dicho importe, aconsejo no empezar a desarrollar la faceta de inversión o, lo que es lo mismo, utilizar otros productos de inversión y financiación para conseguir otras cosas menos importantes que las que realmente lo son. Mi buen amigo, Víctor Küppers, en sus conferencias, cita una frase de Stephen Covey, que tiene todo el sentido en este artículo y en este punto:
Lo más importante en la vida es que lo más importante sea lo más importante
Aquí está la base de por qué no tiene ningún sentido rivalizar sobre nada, menos aún, sin tener lo básico, el fondo de emergencia, resuelto. Entonces:
- ¿Debe una persona utilizar una tarjeta de crédito sin haber dotado el fondo de emergencia? No.
- ¿Comprar un coche nuevo y financiarlo al 100% en ocho años porque dice el vendedor del concesionario que es más barato financiar que pagar al contado? No.
- ¿Y contratar una hipoteca a 35 años en un momento como el actual, donde los tipos de interés lo único que pueden hacer es subir? No, el techo se puede conseguir sin necesidad de endeudarse.
Si en algún momento, alguien de vosotros recibe consejos dirigidos a productos de inversión que nada tiene que ver con dotar antes que nada el fondo de seguridad, de emergencia, por favor, salid corriendo. El asesor financiero cercano a ti sabrá orientarte y aconsejarte de la mejor manera para construir tu pirámide de Maslow lo más sólida posible