Quizás el pasado 17 de Mayo de 2017 llegó la gota que colmó el vaso.
El Mercado norteamericano S&P500 necesitó poquito para “tambalearse”. Con tan sólo un rumor sobre la posible moción de censura (“impeachment” en inglés) al máximo mandatario estadounidense, Donald Trump, tras apenas cuatro meses de mandato en la Casa Blanca, fue más que suficiente.
En un solo día el S&P500 se dejaba un -1,8% por el camino, haciendo que grandes fortunas como la de Zuckerberg (Facebook), Jeff Bezos (Amazon) e incluso Bill Gates (Microsoft), perdieran de un plumazo -2.030, -1.710 y -1.000 millones de dólares respectivamente.
Es posible que estos magnates, referencia para muchos, se acordaran de aquella recomendación, del gran Warren Buffet a su esposa, sobre cómo invertir su legado, en el caso que ésta le sobreviviera. Ni más ni menos afirmaba que…
el 90% del mismo debiera estar invertido en un fondo indexado en el S&P500 y el otro 10% en bonos del Tesoro americano.
Lo cierto es que el Mercado estadounidense necesita un respiro, para muestra estos gráficos que os incorporo, donde puede verse la evolución en los últimos 10 años y, también, desde el año 1950. Dicen, y yo lo creo, que una imagen vale más que mil palabras:
+59,25% en los últimos 10 años.
+13746,27% desde el año 1950.
¡Quizás ahora podamos entender mucho mejor a Warren Buffet!
Seguro que la corrección en el mercado norteamericano, que llegará, será también una grandísima oportunidad para el ahorrador e inversor a muy largo plazo. Lo único que éste necesita es paciencia, invertir aquel capital que no necesite en un horizonte temporal a partir de 10 años y, mucho mejor, si tiene a un asesor financiero bien formado y con cierta experiencia a su lado.
Si queréis saber cómo aprovechar las oportunidades que nos brindan los Mercados (llámense Grexit – Brexit – Trump – Incertidumbre Política – Impeachment), ya sabéis dónde encontrarme. Estaré encantado de compartir con vosotr@s estrategias muy seguras, para nada especulativas, para que, os podáis aprovechar de los Mercados que, en el corto plazo pueden corregir, pero que, en el largo plazo, suben como lo hacen el progreso y la calidad de vida, en general.